Dulce abismo: Capítulo 5

(Para los que estén interesados en ver los capítulos anteriores, les recomiendo que pasen por mi canal, tengo los episodios en forma de vídeo! <3) 

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Capítulo 5: 

Me dirigía a donde habían dicho que estaba mi siguiente trabajo, tenía que eliminar a un ente de luz, un ángel... Llegue al lugar que me habían indicado, era una casa común y corriente. La puerta estaba abierta y había un rastro de sangre que llevaba a una habitación al final del pasillo. Lo seguí y llegue a un dormitorio, del otro lado de la habitación había un sujeto sentado contra la pared y mirando al suelo. Se estaba agarrando el hombro y parecía estar inconsciente.
-Hey, despierta!- dije pateando su pierna
Despertó algo asustado y levanto su rostro, parecía no entender nada, incluso me miro por un momento... Sus ojos grises, piel pálida, un cabello negro y completamente despeinado lo hacían parecer un humano común, pero la esencia de luz que había a su alrededor demostraba claramente que él era el ángel que había venido a eliminar. Cuando su mirada se encontró con la mía, sonrió.
-Vienes a matarme, no?- me dijo y acomodo un poco su cabello, parecía más calmado.
-Tengo órdenes para hacerlo. Cuáles son tus últimas palabras?- apunte mi guadaña a su pecho haciendo presión para que no intentara hacer ningún movimiento.
-Nunca imagine que la muerte en persona fuera tan… Bonita- Me sonrió  y su mirada se tornó tierna.
-Si esas son tus últimas palabras…- Levante la guadaña para atravesarlo, pero una pequeña luz me cegó y el ángel desapareció de mi vista.

Mire a todos lados, buscándolo, y vi que estaba en el pasillo, intentaba escapar, pero se movía muy lento y  tambaleándose. En un momento tropezó y cayó al suelo pero aun así intento arrastrarse hasta la salida.
Me puse detrás de él, y pise su espalda cruelmente.
-Quédate quieto y dolerá menos- Le dije
-Espera! No me mates aun!- grito intentando darse vuelta.
Mire por un momento su espalda y note que sangraba mucho, como si hubiera una herida grave que su ropa no me dejaba ver….
-Por favor…. Déjame ir!- Suplico entre quejas…
-Que es la herida de tu espalda?- Pregunte pisando más fuerte
-Me encontraba haciendo mi ronda por aquí, y me encontré con unos demonios torturando humanos. Intente detenerlos pero me superaron, arrancaron una de mis alas y escaparon… Tuve que arrastrarme hasta aquí…-
-Asique tienes alas, eh? Que pasara si te arranco la otra?- 
-Te agradecería que no lo hicieras…- se detuvo un momento para quejarse del dolor, sus ojos estaban llenos de lágrimas, estaba sufriendo demasiado –Por favor… No quiero morir aquí…-
-No es mi problema-
-Tengo gente que depende de mí, personas que cuidar!-

Tenía una esencia particular, inocente… No entendía porque habían pedido eliminarlo.
Pasaron unos cuantos segundos hasta que me decidí por una opción. Sabía que estaba arriesgándome demasiado, pero creí que nadie lo descubriría…
-Bien… te dejare ir… Pero debes irte enseguida! Como si ya no existieras- Lo deje de pisar y le tendí mi mano para que se levantara.
-No sabes cómo te lo agradezco, Te debo un favor! Enserio… Nunca lo olvidare- Estaba a punto de quebrarse pero se contuvo. Típico de los ángeles… Tener emociones muy humanas.
-Como sea…- respondí  -me voy antes que nos encuentren y…-
-Por cierto, me llamo Steven- interrumpió –Y el nombre de mi salvadora?-
-Elizabeth…-
-Lo recordare…-
Sin más que decir, me dirigí a la salida sin volver a mirar a Steven. Seguramente algún ángel aparecería para sanarlo y llevárselo, y cuando eso ocurriera, no quería estar allí.

Tenía que admitir que Steven era alguien muy interesante y con mucha suerte de haber encontrado alguien que le perdonara la vida, no muchos sicarios perdonaban a sus víctimas.
Luego de ese momento, no pude sacarme a Steven de mi cabeza… Era muy patético, pero tenía que admitir que también… era lindo.  
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