"Algún día mis historias le gustaran a alguien"- Yo

miércoles, 1 de julio de 2015

EN LAS ALAS DEL AMOR (Parte 2/2) Final

Parte 1: Aqui!



Capítulo 3:

Los años iban pasando y ella envejecía mientras yo seguía igual, su cabellera negra ahora es completamente blanca y en la piel se marcaba el paso de los años… Llego un punto en donde yo debía cuidar de ella y tener cuidado de que no se lastimara. Ella ya era una anciana y pasaba sus días sentada en la ventana de nuestro hogar, mirando el exterior.
Uno de esos días yo me acerque llevándole un poco de té de manzanilla…
-Que piensas amor?- le pregunte dejando el té en una mesita frente a ella.
-Que falta poco... Muy poco para que yo parta de este mundo…- Ambas guardamos silencio… y luego ella prosiguió –Creo que de lo único que me arrepiento… Es de no poder haber cumplido mi sueño-
-Y que es lo que deseabas amor?- Le pregunte sentándome en la cama.
-Ir al campo de mariposas… Y poder ver todas esas mariposas volando por el lugar, libremente, y mostrando esa belleza natural… Pero ya es demasiado tarde,  ese lugar está lejos y allí es otoño… Ya no podre verlas…-
-Quizás podamos ir cuando llegue primavera allí-
-No creo que mi cuerpo llegue a soportar tanto tiempo…- bajo su mirada y luego me miro a los ojos –Pero no te preocupes, tuve más de lo que merecía… Te conocí a ti-
Le di un beso en la frente y la abrasé… No quería imaginar que nuestra relación terminaría… Y que yo volvería a estar triste...
Tome el collar que ella me había regalado y lo presione contra mi pecho… Odiaba las despedidas.
No demore mucho tiempo, y me encargue de cumplir su último deseo… No era el campo de mariposas, pero como en nuestra ciudad era primavera, alquile un campo privado y por semanas estuve plantando flores de todo tipo… Logre llenar un pozo con agua y alrededor muchas piedras, parecía un pequeño estanque natural.
Busque por toda la ciudad hasta encontrar miles de mariposas que las encerré en canastas…
Ese mismo dial lleve a Melody al lugar… Vende sus ojos y la lleve en su silla de ruedas hasta el lugar.
-A dónde vamos?- Me preguntó.
-Es una sorpresa, no quiero arruinarla!-
Al llegar le saque la venda y le mostré el lugar, ella se tapo la boca asombrada y trato de hablar, pero no tuvo tiempo… Las mariposas que había capturado fueron liberadas por unas personas que contraté.

El sol estaba en su punto más alto, las mariposas volaban libremente por el lugar y el sonido de los pájaros acompañaba en paisaje.
-A-Amor… No sé qué decir- Dijo emocionada, sus lágrimas estaban cayendo por sus mejillas y sus ojos estaban con un brillo inigualables.
-Solo disfruta el momento…-

Capítulo 4:

Toda la tarde la pasamos en ese lugar. La levante en mis brazos y la cargue por todo el lugar, para que observara mejor cada detalle.
Cuando llego el atardecer, la coloque en uno de los bancos de lugar y yo me senté al lado, sostenía su mano con ternura y ambas mirábamos a lo lejos.
-Muchas gracias por regalarle un momento tan maravilloso a esta anciana…- Me dijo apoyando su cabeza contra mi hombro. 
-No pasa nada, lo que sea por mi pequeña princesa- Respondí y acaricie su largo cabello.
Sonreí y dulcemente toque su mejilla hasta que me animé a robarle un beso. Sus labios eran aun tan suaves como siempre…
Me aleje para observar sus ojos de nuevo, pero sus ojos ya estaban cerrados y su cuerpo no reaccionaba…

Luego del funeral regrese a la casa… otra vez estaba sola… Cada lugar de la casa me recordaba a ella y su aroma se sentía en nuestro cuarto…
La manta que la había estado cubriendo últimamente, estaba arriba de la cama. La tome y la abrasé con fuerza, como si estuviera deseando que en ese momento yo abriera los ojos y volviera a verla en mis brazos…
Me derrumbe en la cama abrazando la manta y comencé a llorar muy fuerte deseando que todo el dolor pasara….

Epilogo:

Pasaron muchos años desde que había perdido a mi último amor… Melody…
Mi corazón aún estaba herido y la extrañaba todo el tiempo, como si todo hubiese ocurrido ayer.
Yo estaba parada frente a su tumba, donde le llevaba flores cada semana, y pasaba al menos una hora allí.
Hace unos meses había dejado el collar que me regalo, arriba de su tumba. Me destruía tener un recuerdo suyo que me seguía a todas partes.
Estaba lloviendo… Mi ropa estaba empapada y ya no quedaba nadie en el cementerio, o eso creía  hasta que un jovencito se me paro al lado mío.
El vestía de luto y su mirada también era triste, seguramente volvía de algún velorio. Era alto, delgado y sus ojos eran de un azul como el mar, justo como los de Melody, los de Nilo, los de Daniel…


Fin...

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